sábado, 5 de junio de 2010

Sudáfrica 2010


Cultura de Sudáfrica un país multirracial


Suráfrica es una sociedad multirracial y diferenciar subgrupos por el color de la piel puede ocasionar problemas.

A los descendientes de afrikáners y británicos no les hace gracia que se les confunda, y existen numerosos grupos importantes y subgrupos dentro las culturas negras.

El mestizaje presente en las áreas urbanas provoca la desaparición de las antiguas culturas y la aparición de nuevos sincretismos, pero en las zonas rurales las culturas negras autóctonas mantienen su idiosincrasia.

Todas ellas creen en una deidad masculina, en espíritus ancestrales y fuerzas sobrenaturales.

La poligamia está permitida, suele pagarse por una mujer, ya que mediante este precio la familia del novio compensa a la de la novia por la pérdida de su hija.

El ganado desempeña una función destacada en numerosas culturas, pues son símbolos de riqueza y sirven para realizar sacrificios.

El arte de las poblaciones indígenas sudafricanas es un medio para conocer culturas perdidas. Las pinturas rupestres de los san (bosquimanos), algunas de las cuales datan de hace 26.000 años, entran dentro de esta categoría.

En otros casos, como ocurre con los elaborados abalorios en clave de los zulúes, el arte tradicional se ha adaptado para sobrevivir bajo diferentes circunstancias.

La zulú es una de las civilizaciones supervivientes más fuertes, y sus cantos comunitarios en las manifestaciones del Inkatha Freedom Party son una poderosa expresión de su cultura ancestral.

Los xhosa también son relevantes; se les denomina el pueblo rojo, debido a las ropas teñidas de este color que lucen los adultos. Los ndebele son un grupo relacionado con los xhosa que habita en el Transvaal Norte en casas pintadas.

La cultura afrikáner se ha desarrollado dentro de un aislamiento deliberado: mientras que la Europa del siglo XIX descubría la democracia y el liberalismo, ellos caminaban junto a las vacas y con la Biblia en la mano.

En la actualidad, las comunidades rurales siguen girando en torno a las conservadoras iglesias reformistas neerlandesas, pero la evolución ha sido inevitable.

Aparte de los afrikáners, la mayoría de los sudafricanos de origen europeo son descendientes de británicos.

Éstos, más urbanos, controlan los sectores financieros y económicos. Los afrikáners se consideran más comprometidos con Sudáfrica y utilizan una palabra poco afortunada para describir a aquel que tiene un pie en Sudáfrica y otro en Gran Bretaña: soutpiel o picha salada.

Igualmente existe una influyente comunidad judía y una significativa minoría india.

La influencia británica en Sudáfrica también alcanzó al ámbito culinario. El filete o la salchicha boerwors, la verdura cocida y las patatas fritas son el pan de cada día, y los platos más atrevidos resultan bastante disuasorios.

Los vegetarianos no disfrutarán de la gastronomía local. Los platos sudafricanos no se sirven habitualmente en restaurantes, aunque se puede satisfacer el apetito con un plato barato de arroz y estofado de los puestos callejeros en las ciudades.

La cerveza y el brandy son las bebidas alcohólicas más demandadas, y sus excelentes vinos son cada vez más apreciados.

Sudáfrica cuenta con una gran diversidad de civilizaciones, pero hubo otras que desaparecieron durante los años del Apartheid.

En una sociedad en la que uno podía ser encarcelado por poseer un cuadro políticamente incorrecto, el arte serio se vio relegado a la clandestinidad para dejar que lo relamido ocupara las galerías y los teatros.

Un ejemplo fue la destrucción de District Six, un vibrante barrio multicultural de Ciudad del Cabo, y de Sophiatown, en Johannesburgo, donde músicos de renombre desarrollaron su arte en una zona descrita como "un esqueleto con sonrisa permanente".

Grupos como Ladysmith Black Mambazo han logrado hacer llegar los sonidos de su país al público occidental, durante y después del Apartheid.

Uno de los aspectos más excitantes del país es que está reinventándose a sí mismo y, al haber una gran masa de población marginada del avance económico, el cambio se está produciendo sin que contribuyan los responsables de la imagen de éste.

Entre las señales esperanzadoras, figuran las exposiciones retrospectivas de artistas negros y el hecho de que músicos de toda África actúen en los principales festivales.
La nueva Sudáfrica está siendo creada en los Townships (barriadas negras) de las ciudades.